lunes, 7 de marzo de 2011

Fashion Police versus Portada's

Fogueo, roce, entrenamiento, acoplamiento o team-work parecen conceptos exclusivos de la jerga deportiva, pero también son cruciales en la industria de la televisión. Luego de hacer una comparación entre la emisión especial del Oscar de Fashion Police, en el canal de suscripción E! Entertainment, y sus equivalentes sobre la alfombra roja de los premios de cine que se transmitieron el pasado lunes 28 de febrero en Portada’s (Venevisión) y La Bomba (Televen), lo primero que se lamenta es la incomprensible inexistencia de un verdadero programa de crítica de moda en Venezuela.

Cada vez que seleccionamos un par de piezas de ropa para enfrentarnos al mundo, emitimos un mensaje. Incluso cuando el mensaje es: “La ropa no es lo más importante para mí”. Si partimos de esta premisa, un programa de crítica de moda sería un tiro al piso en un país como Venezuela.

Alguien me dirá: “Bueno, pero es que nosotros no tenemos un premio Oscar y tampoco hay alfombras rojas”. Cierto, pero en Venezuela sigue existiendo un mínimo de vida nocturna y de eventos sociales. Hay conciertos, ruedas de prensa y, de vez en cuando, algún estreno de cine nacional, y a todos esos acontecimientos la gente acude vestida (o desvestida).

Más aun: hay programas de televisión con conductores que todos los días seleccionan algún tipo de vestuario. También hay sesiones de la Asamblea Nacional, y diputados o ministros que emiten mensajes a través de sus ropas. Pero mejor no sigo diciendo ideas o me puede pasar lo mismo que a Elaiza Gil.

¿Por qué no hay un programa de crítica de moda en Venezuela? La respuesta tiene que ver probablemente con desidia, dejadez y falta de creatividad. También con la cultura venezolana del amiguismo y con el temor, pues la crítica de moda de algún modo implica invadir y violar de los actos más íntimos del ser humano (ponerse ropa). En un entorno que tiende a lo parroquial, cuesta más meterse con la actricita del canal que es pana o con la señora que es poderosa.

El Givenchy Couture de Cate Blanchett, postulada tanto entre las peores como las mejores vestidas en Fashion Police. Según Joan Rivers, alguien se había hecho pipí en sus hombros.

El especial de la alfombra roja del Oscar de E! Entertainment, conducido por Joan Rivers, es un ejemplo de fogueo, acoplamiento y dominio de un tema. No es un programa que sale de la nada, sino el resultado de un gran espacio semanal de crítica de moda, Fashion Police. Ese rodaje previo es el que permite a Rivers sentirse como la dueña del circo  y desplegar con comodidad sus chistes envenenados con ácido muriático: por ejemplo, cuando dijo que Natalie Portman se veía tan elegante que, si se le rompían las aguas en plena alfombra roja, serían aguas de Perrier. O que Helen Mirren, de 65 años, usaba colores oscuros porque está en la edad en la que la gente se hace pipí.

Rivers y sus acompañantes (Giuliana Rancic, George Kotsiopoulos y Kelly Osbourne —la única defensora de Helena Bonham Carter—) trabajan juntos cada semana y eso propicia una comunicación fluida. Estuvieron en la mismísima alfombra roja y pudieron fijarse en detalles como el calzado, los accesorios o las carteras.

Lo que se transmitió el pasado lunes en Portada’s de Venevisión pasará a la historia como una de las tragedias naturales de 2011: analistas que hablaban todos al mismo tiempo, algunos con unas chuletas que parecían unas resmas de papel. Comentarios vagos al estilo “A mí me gustó ese vestido”, sin justificar la opinión. Tres  estilistas invitados más bien clandestinos (Jackson de la Peña, Omer, Franklin Salomón) que hicieron un ridículo monumental.

En el caso de De la Peña, es cierto que anticipó algunas de las polémicas que se debatirían luego en Fashion Police, pero su manera de expresarse era patética y no daba risa, además de que se veía desaseado. La periodista Atamaica Nazoa lo comparó con el personaje central de El discurso del rey y dijo que era más fastidioso que paseo en aplanadora. Al final Nazoa soltó: “Menos mal que el Oscar es una vez al año”, lo que resumió todo el desgano general.

La bomba, en Televen, contó con dos invitados mucho más serios, Pavel Mieses y Octavio Vásquez, aunque la crucial ausencia de un especialista como José Gregorio “Gordo” Araujo derivó en un especial sin chispa ni sustancia. Hablando de vestuario, Kerly Ruiz y María de los Ángeles del Gallego lucieron modelos dignos de la alfombra roja del mercado de El Cementerio, aunque la peor de lejos fue la última, con la chaquetica negra de torero que se puso al comienzo del programa.