domingo, 24 de octubre de 2010

"Sus medidas son 91-59-91, y su RIF es J-29575420-5"


Detalle gracioso en el minuto 6:50: Miss Península Paraguaná haciendo más "eses" que un borrachito

La gala de la belleza 
(Venevisión, sábado 16 de octubre de 2010, 7:00 pm)

¿Dónde radica lo hermoso? ¿En qué consiste lo bello? Me hago estas interrogantes seudo-filosóficas antes de emitir una percepción bastante subjetiva y radical: veo mucha más belleza en las oficinistas que desfilan cada mañana hacia su trabajo por las aceras de la avenida Francisco de Miranda, o en el portón de ingreso de cualquier mall, que en la presentación oficial de las 28 candidatas del Miss Venezuela que transmitió Venevisión el pasado sábado 16 en el horario de Súper Sábado Sensacional.


Ojo: estoy totalmente claro en que la real hermosura y el valor de una miss sólo se miden con el paso del tiempo, incluso de 5 o 10 años. Sin embargo, casi nada de lo que observé en La gala de la belleza propició la apreciación de lo bello o de lo humano. Los decorados de este tipo de programas deberían ser oscuros, sobrios o neutros, porque las estrellas son las misses, no esa especie de discoteca decadente con rayos del Catatumbo que se recreó en un estudio de Venevisión.

Las 28 chamas casi siempre estaban mal iluminadas entre tanto rayo láser, además de uniformadas aburridamente, cual integrantes de una academia militar, todas con vestidos y trajes de baño idénticos que en general resaltaban poco la silueta.  ¿A nadie se le ocurrió que podían usar colores diferentes para no cansar el ojo del televidente, o que el bañador violeta no pegaba mucho con la iluminación verde?

Apenas pude observar bien los primeros planos de un trío de rostros (algo tan elemental, cielo santo), los de Carabobo, Miranda o Bolívar, sólo cuando se entregaron los premios especiales al final.

Los triunfos recientes de Dayana Mendoza y Stefanía Fernández en el Miss Universo no deben sepultar una realidad: la caída general de audiencia que sufren estos concursos en Venezuela y el resto del mundo. No basta pedirle al público que vote a través de mensajería de texto o Internet por su miss favorita o la mejor corona (por cierto, seré bruto, pero yo las veo casi iguales). 

Hay una palabra mágica y siempre menospreciada: creatividad. Pioner a Leonardo Villalobos como un loro a recitar mecánicamente las medidas de busto, cintura y cadera de las candidatas ya no dice nada, ni hace despertar identificación alguna por esos seres humanos nutridos con atún y lechuga que no parecen estar divirtiéndose en lo más mínimo.

¿Ideas? Miles. Por ejemplo, poner a las misses a improvisar un breve mensaje frente a un micrófono para que vayan soltando la lengüita, grabar imágenes de apoyo en las que aparezcan en jeans y con menos maquillaje (o presentando alguna atracción de sus respectivos estados), insertar retratos de cuando eran niñas, etcétera.

No soy un experto, pero las candidatas a las que vi con más naturalidad al desplazarse en la pasarela fueron Amazonas, Aragua, Distrito Capital, Portuguesa, Nueva Esparta y quizás Canaima.

Monagas exageró con el bamboleo. Península de Paraguaná no sabía para dónde caminar. Apure, Mérida, Costa Oriental, Mérida y Zulia hicieron unos movimientos tan exagerados al menear la melena que parecía que se les iba a dislocar el cuello.

Las más desabridas: Barinas, Táchira y Vargas.

Al presentar a los miembros del jurado de La gala de la belleza, Leonardo Villalobos identificó a todos por su profesión (estilista, diseñador, actor, representante de una empresa patrocinante), sin embargo hubo una dama (Carolina Rodríguez) a la que dejó muy mal parada cuando le atribuyó simplemente la condición de “gran amiga de la casa”. ¿De qué casa? ¿Venevisión, Miss Venezuela, Organización Cisneros? ¿Basta ser gran amigo para convertirse en juez? 

De lo mejorcito del show: los famosos niñitos de Yo sí canto. Además, un ahorrazo de presupuesto para Venevisión.

Sábado en la noche 
(Globovisión, sábados a las 10:00 pm)


Servando: 
1) "Los españoles violaron a nuestras indias"
2) "Lo que están haciendo mal los españoles es que generalizan"


El músico Servando Primera debe meditar más antes de emitir algunas opiniones. El pasado sábado 16, habló sobre la discriminación que padecen los inmigrantes latinoamericanos en España y soltó esta frase sin anestesia: “Tú no puedes culpar a los españoles por el racismo que sienten, es algo astral, es algo ya genético (sic)”. Las palabras del hermano de Florentino no sólo sugieren una generalización (que todos los españoles sienten racismo), sino además una especie de determinismo: ni la conjunción de los astros ni el ADN permitirán jamás que esa monstruosidad desaparezca del pensamiento ibérico, pues.

Ahora que en Globovisión andan en renovación de decorados: la mesita en el medio con el florerito de Sábado en la noche es un estorbo.

Por cierto, la conductora Rocío Higuera es mi gran favorita cuando hagan la votación de la mejor vestida de 2010. En la mencionada emisión de Sábado en la noche, quitaba realmente el aliento cada selección de vestuario no sólo para el programa en vivo, sino en los segmentos que se grabaron durante la semana. Higuera sabe situarse en un límite muy sutil entre lo sexy, lo tierno y lo discreto, que para algunos espectadores masculinos nos resulta mucho más devastador que la agresividad abierta y sin misterios.
  

1 comentario:

  1. SERVANDO ESTÁN IDIOTA COMO EL SOLO. ESE PANA NO MADURA EN SU FORMA DE HABLAR, NO TIENE PODER EN SUS PALABRAS. HABLA INCOHERENCIAS Y MEDIOCRIDAD

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