Equilibrio no es que haya un
canal chavista y otro opositor. La frase la escribió esta semana Luis Carlos
Díaz (@LuisCarlos), especialista imprescindible en nuevas tecnologías y
periodismo digital, y cambió la orientación de esta columna, que pensaba
dedicar a un recorrido por capítulos sueltos de telenovelas de Venevisión (eso se puede hacer siempre). Preferí echar un vistazo a lo que transmitieron VTV y Globovisión en
un día tomado al azar (el jueves pasado), en un horario importante
(aproximadamente entre 5:30 y 6:30 pm), una semana antes de unas elecciones
presidenciales, para constatar lo que no debería ocurrir, pero ya
damos por sentado como normal.
Mal comienzo para RedVolución en VTV: videoclip de “Calma, pueblo” de Calle 13 acompañado por fotografías del presidente Hugo Chávez en campaña (quisiera hablar de lo deprimente que es una chaqueta en un país tropical, y de lo deprimentes que son las chaquetas azuliblancas de Chávez, pero no viene al caso). Nos hemos acostumbrado a que eso ocurra en un canal del Estado. La conductora, Lucía Eugenia Córdova, envía tuits en un monitor táctil gigante y se ve como una persona joven, pero se opone a un debate entre los dos principales candidatos. La etiqueta “que promueven varios panas en Twitter”: #10DíasVictoriaPerfecta.
El que busca extremos, los consigue. Córdova lee un
artículo de opinión de Yon Goicoechea y concluye que “ellos dan por ganador al
candidato de la oposición” y que “hay una campaña sistemática de la derecha
venezolana” para desconocer los resultados y promover violencia el próximo
domingo. Córdova se refiere a Chávez como “el candidato de la patria
bolivariana” (¿el otro de dónde es? ¿De Neptuno?). Córdova muestra un video que dura 15 segundos en el que Henrique Capriles Radonsky le dice a una multitud en Cumaná: “Ya no hay espacio para que más personas trabajan en el
gobierno, lo que tenemos es (sic) jóvenes desempleado en Sucre”. De esa frase,
Córdova concluye que hay “un plan para achicar el Estado” (¿eso es tan malo?) y que "lo que tiene la derecha bajo la manga es un paquetazo
neoliberal”.
Córdova lee un tweet de un televidente: “En la V República hemos
lanzado dos satélites, en la
IV República lanzaban cadáveres a fosas comunes”. Una muestra
de libertad de expresión, pero evidentemente, una visión parcial de la
realidad. Si yo condujera un programa en TV, leería tweets que propiciaran
espacios de encuentro o un auténtico debate de ideas.
Cambio a Globovisión: Aló,
Ciudadano. Leopoldo Castillo muestra una franela roja de la campaña chavista hecha en
China: “Esto no aguanta una lavada”, concluye. Llamado de alerta sobre la venta
del oro del BCV. Va a comenzar al acto de cierre de campaña de Capriles en
Carabobo, en el estadio José Bernardo Pérez. En los prolegómenos, Caramelos de Cianuro toca “Las estrellas”, “Estrógeno” y “Asunto sexual” (espero que ninguno de esos temas tenga relación con las elecciones). Castillo comenta “Está
lloviendo pero ahí no se ha movido nadie” y considera que va a ser un acto
“monstruoso”.
Globovisión está cumpliendo una labor importante: informa acerca
de un acontecimiento que para VTV no existe. Lo que no debería ocurrir es que,
cuando se muestra la imagen que identifica a Aló, Ciudadano luego de un bloque de cuñas, se escucha una canción
que dice “Hay un camino”.
Con todo y que en Aló,
Ciudadano no parece haber espacio para noticias positivas sobre el
Gobierno, veo más síntomas saludables que en VTV. Tanto la conductora Sheina Chang
(que se viste en “Belú by Ana Rodríguez”) como Pedro Benítez, invitado de la Mesa de la Unidad, hablan del próximo
domingo como un día de paz y tranquilidad. Sheina lee el reglamento del Consejo
Nacional Electoral (20 puntos) y sugiere que es mejor no llevar una gorra tricolor puesta
al votar: “Todos los venezolanos saben que ese día se tienen que portar muy
bien”. Benítez admite que reconocerá una eventual victoria del chavismo.
Un jefe del Plan República en el estado Aragua habla en la
pantalla de Globovisión, así como un vocero de la empresa socialista Metro de
Maracaibo que responde a las denuncias de los vecinos sobre escombros en las
calles. Leen una noticia que me parece una catástrofe: las clases se suspenderán desde el próximo
martes 2 (cuatro días perdidos, más el lunes) debido a las elecciones. A veces
siento gran envidia de Estados Unidos, un país donde las elecciones (con
todas sus imperfecciones) se celebran un día martes y todos tranquilos.
A Lucía Eugenia Córdova le digo: voy a votar por Capriles
Radonsky, pero no soy tan optimista como para darle por ganador. Aunque pierda,
votaré por él porque, aunque no es perfecto, representa una visión
del país más racional. Chávez se ha legitimado en numerosas elecciones, pero
eso no lo hace precisamente un demócrata, y ha profundizado vicios históricos
como el caudillismo, el culto a la personalidad, el clientelismo y el rentismo
petrolero.
Lucía Eugenia, no tengo ningún plan para salir a la calle la noche
del próximo domingo e incendiar Caracas: ese día, después de votar, más bien me
gustaría agarrar una avioneta y perderme en la Gran Sabana durante un
mes, porque lamentablemente los días de elecciones se me han convertido en un
recuerdo doloroso de que una democracia es mucho más, muchísimo más, que marcar
la cara de un tipo en un tarjetón. La democracia la construyen los 365 días del
año, por ejemplo, quienes tienen la responsabilidad de hacer programas de TV.
En Globovisión diría: después del próximo domingo,
los medios de comunicación también tienen que revisarse (¿y van cuántas veces?), y no solo los del
Estado. Seguimos siendo miopes para salirnos de nuestro paradigma de clase
media liberal y analizar desapasionadamente las razones por las que Chávez, 14
años después de las elecciones de 1998, sigue teniendo una popularidad que, dolorosamente, es
un fenómeno único. El mundo seguirá existiendo el próximo lunes 8 y de aquí no
se mueve nadie. Por lo menos yo no.
Twitter: @alexiscorreia
Tienes razón, pero hay que reconocer que al menos en Globovisión te pasan videos de los mítines de Chavez, lo que no hace el 8 con su contraparte
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